¡¡Querida familia, nos preparamos para vivir nuestra primera
Pascua en Filipinas!!
Estamos a unas pocas semanas de celebrar la Pascua y muchas
emociones vienen al corazón...
Cada semana santa, desde que nosotros nos conocimos en el
año 1987, han sido vividas en misiones, retiros de oración, Pascuas Juveniles,
ejercicios, Pascua abierta para familias, etc. Desde que nuestros hijos eran
pequeños, a su manera, ellos también
participaban de estos momentos tan importantes de nuestra fe.
Dios nos concedió la gracia de que el segundo de nuestros
hijos naciera un viernes santo hace 18 años. Junto con su nacimiento,
entendimos que en la cruz y en la entrega generosa de nuestra vida familiar y
misionera, estaba la verdadera Vida y la fuerza que sólo puede venir de Dios.Es
por esto que para nosotros, la Pascua no es un evento litúrgico más.
Cada año, es una oportunidad para conocer más los sueños y
anhelos de un Dios "loco" que entrega su vida gratuitamente. Es el
momento que da sentido a todo lo que hacemos y vivimos, es la invitación de
escuchar al Maestro, amarle, entenderle y desear entregar la vida con El.
Una de las frases que taladra con más fuerza en nuestro
corazón, en estos momentos son:
"Por Cristo, con El y en El" oración que repetimos durante la
Eucaristía, pero que en este contexto de preparación a nuestra primera Semana
Santa en Filipinas, suenan con una novedad extraordinaria.
A la par de la preparación de la pascua, el calor en este
lugar ha aumentado considerablemente. Hemos empezado el verano.
Los hijos ya están de vacaciones, precisamente porque hace
tanto calor que la gente prefiere quedarse en casa o ir a los centros
comerciales a disfrutar un poco del aire acondicionado.
Tendremos momentos de reflexión especiales para los niños,
en otro lugar por separado para los adolescentes y jóvenes y un tercer grupo
que serán todos los adultos. Es decir, tres retiros de pascua al mismo tiempo,
con dinámicas propias adaptadas a cada estado de vida. La liturgia la
compartiremos todos, tratando de que sea un momento de encuentro como familia
delante de la muerte y resurrección de nuestro Dios.
Esta propuesta supone mucho trabajo de preparación, muchas
horas delante de la Palabra y muchas horas con cada uno de los equipos de
evangelizadores. Tener equipos adecuados
al frente de cada retiro y capacitarles para que cada uno lo pueda llevar. Las
predicaciones serán en bisaya, debido a que es el dialecto original de este
lugar y a la gente le es más familiar recibir su fe en su lengua materna. Para nosotros, entendemos que nuestra misión
es prepararles a los evangelizadores de este lugar para que ellos estén al
frente del retiro.
Es un reto que nunca habíamos vivido, porque es otra
cultura, otra lengua, otra forma de celebrar la fe. Sin embargo, estamos delante del mismo
Jesucristo que ha entregado la vida por toooodos: americanos, asiáticos,
europeos y africanos.
Para nosotros, esta Pascua será una invitación para
"ser granos de trigo" enterrándonos y muriendo a lo que muchas veces
nos gustaría o a la manera que en nuestra cultura lo haríamos. Una invitación a ser servidores que están
donde está Su Maestro, en la cruz:
"Donde Yo estoy, quiero que esté mi servidor" (Jn. 12,26)
Nuestro deseo es que puedan descubrir cuánto les ama Jesús y
cuánto desea compartir esta Pascua con ellos.
No podemos decir muchas palabras, porque ni siquiera hablamos
bisaya. Sólo unidos a la cruz de Cristo
y muchas veces en el silencio, podemos expresar la verdadera fuerza y el
verdadero amor.
Ojalá que cada uno, en donde quiera que se encuentre...
pueda vivir esta Pascua con el deseo de conocer a este "loco".
Ojalá nos contagie de su locura, para entregar la vida
gratuitamente y sin medida.